Una pieza con moraleja, un diálogo desopilante entre un tío y su sobrina, sobre las consecuencias del amor sin control,
y finalmente Fausto. Villafañe reelabora en esta pieza el mito del viejo que vende su alma por conseguir juventud y el amor de una muchacha. Pero, aunque logra la apariencia juvenil gracias al pacto demoníaco, no consigue cambiar su creencia en el valor de la ciencia y de la poesía, elementos de escasa importancia para la joven, mucho menos ingenua y más práctica que la sobrina de la farsa anterior.
En la puesta los personajes femeninos están cubiertos por María Cristina Pepe y los masculinos por Oscar Caamaño y Ruy Acevedo. La escenografía, los muñecos y la planta de luces fueron realizados por Oscar Caamaño, secundado por Ruy Acevedo. Oscar Caamaño, quien realizó la selección sonora, es también el responsable de la Dirección General. El diseño gráfico corresponde a Ruy Acevedo y la producción general a María Cristina Pepe. Con este estreno culmina un proceso que llevó alrededor de dos años de trabajo y viene a sumarse a los festejos del mes aniversario de El Retablo, sala cultural que celebra su 17ª Aniversario.
